jueves, diciembre 07, 2006

La AFA: el gran verso del fúlbo

Me la mandaron por mail pero después averigué y salió en el Perfil del domigno 19 de noviembre. A quemarropa. Es larga pero chorrea lo mejor que leí en entrevistas a capotes.

EL ARREPENTIDO
Entrevista a Andrés Ducatenzeiler

Por primera vez, alguien rompe el código de silencio del fútbol.
Entre 2002 y 2004, Andrés Ducatenzeiler fue presidente de Independiente, el club históricamente ligado al mandamás de la AFA, Julio Grondona. Alejado ya de los vaivenes de la pelota, se decidió a contar lo que el mundo del fútbol conoce y nadie se anima a decir. Arbitros. TV. Partidos arreglados. Barrabravas. Violencia. Negocios. Política. La parte más negra de la gran pasión de los argentinos.


—¿Cuál es la relación entre los barrabravas y los clubes?
—No hablaría de barrabravas. Para mí es la hinchada, porque si no la barra terminan siendo unos pocos. Lo mostró el partido de Racing del otro día: aplicaron el derecho de admisión a 16 tipos que supuestamente son delincuentes, y mientras en la cancha 300 se peleaban con la Policía, los otros miles de la tribuna apoyaban, no decían: “Paren, no hagan disturbios”. Por eso, el nombre barrabrava no me gusta. ¡Si vieras a los dirigentes discutir en la Comisión Directiva de un club! Te preguntás: “¿Esto es un barrabrava?”. No hay diferencia, la única es que al hincha se lo somete a un trato que lo convierte en un animal, desde que salís de tu casa, llegás al estadio y te aprieta la Policía, hasta que tenés un referí que fue digitado y te condiciona el partido. ¿Por qué se dice que los hinchas de Gimnasia apretaron a sus jugadores para que vayan para atrás? Porque se enteraron de que otro club les pedía a sus jugadores que por más plata ganen un partido, cuando antes, y contra su rival histórico, se comieron siete goles. Eso el hincha lo siente. No lo justifico, pero lo entiendo.
—Pero dentro de la hinchada, ¿la barra no tiene un vínculo distinto con el club?
—Sí, son los representantes de la hinchada. Nunca escuché a un hincha de Boca decir que (Rafael) Di Zeo no lo representa. Y eso le da poder, dominio y una relativa condición económica que él usa para sentarse a la mesa de discusión. No está en la comisión directiva, pero para tomar una decisión que tenga que ver con el hincha de Boca, se habla con Di Zeo, porque él mueve 1.500, 2.000 personas. En el fútbol, con 2.000 personas ganás una elección en cualquier club, y Di Zeo tiene 2.000 personas que a su vez son representantes de otras 10 mil, porque si no el segundo piso de la cancha de Boca no estaría lleno. La gente elige ir donde está La 12. Esto está claro. Nos guste o no nos guste. En la década del 80, el jefe de la hinchada de Independiente, el Gallego, firmaba autógrafos. Ibas a una cancha de visitante y no te pegaban ni te robaban, porque ese tipo con otros te defendía y cuidaba mejor que la Policía. Así se fue gestando un grupo de poder. Después, se dieron cuenta de que el fútbol es un enorme negocio donde los vivos se llenan de plata y el hincha, como pasa hoy, no puede ir a la cancha, y decidieron formar parte de ese negocio, para que los hinchas que representan a la mayoría tengan ciertos privilegios: no pagar entrada, transporte gratuito hasta los estadios y también conexiones políticas que después les dan posibilidades de trabajo a muchos.
—¿De dónde sale el dinero para mantener a las barras?
—Sale siempre del club. Cuando llegué a Independiente, el 80 por ciento de ese grupo más representativo era socio y la cuota la pagaba el club.
—¿La barra tiene su propio presupuesto?
—Es un presupuesto ya establecido. Por ejemplo, si hay un partido de la Copa Sudamericana está contabilizado en los gastos para el equipo. Van a viajar 50 muchachos, hay que conseguir pasajes y los pasaportes. La hinchada funciona como un presupuesto más. Es así en el fútbol en general, y no es un delito.
—¿Y cuando esos hinchas son violentos?
—¿Cómo podés individualizar esa violencia? No hay un tipo que haya mostrado más públicamente su accionar que Di Zeo. No lo defiendo. Tiene que ser juzgado y condenado por lo que haya hecho, ¡pero el tipo sale en televisión! Julio Grondona acaba de firmar un contrato donde privatizó la Selección de fútbol y nadie sabe con qué grupo empresario. Tampoco hay acceso al contrato de la televisión. El jefe máximo oculta todo y el tipo que decimos que es el violento número uno te muestra su accionar. Lo vimos pegándole una piña a un tipo que se quería colar. Todos dicen: “Eh, mirá cómo le pega”. ¡La Policía te mata a golpes si querés colarte! Hoy se aplica el proyecto de (Raúl) Gámez, que lo presentó cuando yo estaba en el comité ejecutivo de la AFA y se le rieron en la cara Grondona y sus amigos. Gámez (de Vélez) legitima a la hinchada. Les dice: “Son los guardianes de la tribuna. Les doy micros y entradas, pero si hay un despelote ustedes son responsables”. ¿Qué despelote tuvo Vélez desde entonces?
—Pero muchas veces son las barras las que generan violencia en la cancha.
—Sí, pero no podés encarar el tema barras si primero no sacás al responsable máximo. Si todo lo que pasa en el fútbol es oscuro y sospechoso, ¿qué le puedo pedir a un hincha? Cuando echen a Grondona, ahí Di Zeo, el jefe de Policía y el presidente del club van a entender que los pueden echar a ellos. Ojo, en la cancha también hay delincuentes. Hoy están en la calle robando y el domingo van a la cancha. Eso es inevitable, es un tema social. Usaron el derecho de admisión y volvió a pasar, y van a ir sólo los locales y va a volver a pasar.
Arbitros y policías
“La gente sabe qué referí la perjudica y cuál no, y va condicionada. Pregunten en cualquier club cuál es el árbitro que te perjudica y los hinchas lo saben, porque ese árbitro está digitado para dirigir determinado club. ¿Por qué hay árbitros que, apenas entran a la cancha, 50 mil tipos los insultan? ¿No lo sabe la AFA? ¿Para qué los ponen? En una época, en River sabías que si dirigía (Angel) Sánchez era una fiesta para los hinchas de River. Y está el caso opuesto: por algo (Fabián) Madorrán no dirigió por dos años River, porque si no terminaba mal. Si le conviene al sistema, se aplica el “derecho de admisión” a los referís, y cuando no conviene, le importa un pito”.
—¿Por ejemplo?
—(Daniel) Giménez volvió a dirigir Boca-Gimnasia. ¡Había dicho que no seguía porque lo amenazaron de muerte! Hay que ver que Grondona le sacó el técnico al equipo que iba a salir campeón. ¡Mirá si después no salía! ¿Qué pasaba? ¿Boca tiene que salir campeón porque le sacaron el técnico? Estoy fabulando, todo parecido con la realidad es pura coincidencia. ¿Por qué el presidente de River no puede hablar y habla (Daniel) Passarella? ¿Porque a (José María) Aguilar le salvaron el balance con préstamos de la AFA? En un fútbol normal, el presidente de River, después de Boca-Gimnasia, ¿no iba a salir a hablar? No es difícil de chequear: vas a la AFA, donde nadie puede entrar, agarrás los libros y vas a ver que en el rubro cuentas corrientes hay un préstamo de dos millones y medio para River, justo al momento del cierre del balance. Ahí Aguilar se banca perder. Y todo es legal, nadie habla de ilícitos, pero así se manejan.
—¿Y cuál es el negocio de la Policía?
—Que un policía cobra mucho más por cubrir un partido que por trabajar de vigilante. En mi época, el plus que recibían por cubrir cinco horas de partido eran tres días de trabajo. De hecho, las hinchadas para pelearse esperaban a que terminara el horario policial, porque después no te cubría el servicio.
—¿Qué pasa cuando la barra aparece en circunstancias no futbolísticas?
—Ahí hay que dar vuelta la cuestión. No es que el club generó un monstruo para que lo usen otras actividades. Son las otras actividades, las políticas, las que recolectan a los monstruos. En el club, esa persona es un hincha genuino. Ahora, que por su contextura física y carácter alguien te llame y te diga: “Mandame diez monos que tengo que hacer un acto político y quiero custodia”, eso ya es otra cosa. En la cancha, defienden al club más que los dirigentes, de eso no hay duda. Es penoso, pero es así. Yo fui de la hinchada y lo que más quería era a Independiente, y eché presidentes y nos peleamos con los de Racing y Boca, pero nunca en la cancha. Ahora está la moda de terminar partidos para no comerse una goleada. Pero es muy sencillo, descontás puntos y no pasa más.
—¿Y por qué no se hace?
—Porque a Grondona no le conviene. Cuando le convino políticamente lo hizo. Para mandar a Chacarita al descenso lo hizo. Le descontó puntos y lo mandó. Para que Racing no salga campeón, lo hizo, le descontó cinco puntos cuando agredieron a Navarro Montoya, y Racing no fue campeón. Cuando le conviene actúa, cuando no, todo pasa. Pero ahora el problema es más grave y no tiene salida. Está el helicóptero en la terraza de la AFA esperando para llevárselo. Ojalá alguien se anime a subirlo.
Barras/jugadores/dirigentes.
“El grado de conocimiento y de cercanía entre los jugadores y los barras es tan grande que a veces se extralimita. ¿O vos crees que hay alguien que no se conoce? No hay manera de que no se conozcan. Creo que los jugadores no les temen a los hinchas, pero es un buen negocio decirlo”.
—¿Grondona conoce a los barras?
—¿Ustedes creen que no? Los conoce a todos. Si robamos un quiosco, ¿no vamos en cana? ¡Y cómo no van a poder meter preso a un tipo que hace quilombo en la cancha! ¿Cuál es el nexo tan grande por el que no se puede? Que le pregunten a Alan (Schlenker, jefe de la barra de River), a quien vimos en la tele y parece un hombre de bien, cómo entraba a la cancha en el Mundial de Alemania. Ojalá lo contara. Señor Alan, ¿cómo entraba a los partidos de Argentina? Si contesta eso, está la respuesta a todos los problemas del fútbol argentino.
—¿Querés decir que las hinchadas no son el problema del fútbol violento?
—La hinchada no son 15, son 500. ¿Sabés lo que son 500 personas organizadas hace 20 años? Son ejércitos invencibles. Si ellos fueran el problema de la violencia, entonces no habría fútbol. Son 500 tipos en cada barrio que cada domingo se juntan para ir a la cancha. Y entre esos 500 hay de todo. Lo que pasa es que nadie se quiere perder el negocio de la Policía. Antes, si ibas a la cancha de Boca en la época del Abuelo, la única manera de entrar era pelearte. Ahí la Policía vio un negocio fabuloso. En vez de 20 se necesitaban 40, después 100, y encima el servicio lo pagan los clubes. Un negocio redondo.
Grondona
“Todo remite a él. Pongo otro ejemplo: las cámaras de video, que nunca resolvieron el tema y fundieron a los clubes. En Independiente las compré yo en el ’99. Había presupuestos más baratos que el que contratamos, pero llamó Grondona a la comisión directiva y dijo: “Señores, cómprenselas a esta empresa, que es la que sugiero”. El tesorero le contestó que era más cara que las otras, pero Grondona respondió: “No importa, total no las van a pagar nunca”. Un millón de euros costó el sistema y hoy está en la convocatoria de acreedores.
—¿Cómo es la relación de Grondona con los dirigentes?
—A los dirigentes que son amigos suyos les va bien; a sus enemigos, mal. El caso más evidente es el de Gámez, el dirigente más importante que surgió en los últimos años, que convirtió un club de barrio en un club modelo. El dijo, como también lo dijo Diego Maradona, que la AFA es una banda de mafiosos y nadie hace nada. Lo dijeron ellos, no yo. Y como Gámez era enemigo de Grondona, se lo fue marginando y se lo sacó del fútbol. ¡Y me hablan de violencia! Los tipos como (José Luis) Meiszner (secretario de la AFA) o como (Héctor) Domínguez (ex tesorero de la AFA y actual asesor) tienen cargos rentados en la AFA, y a los tipos como Gámez los echan. Eso genera violencia. Ahora parece que el Gobierno tiene la voluntad de hacer algo, pero que lo saquen ya. A partir de ese mensaje, el fútbol empieza a cambiar, porque recién ahí está toda la autoridad moral para tomar las medidas que hay que tomar. Entonces sí le van a poder decir a un barra: “Usted va en cana”.
—¿Qué es lo que más le sorprendió de la AFA?
—El poder absoluto que tenía Grondona para manejar todo, para determinar cualquier cuestión del fútbol, la que quieran, la que se puedan imaginar. En el fútbol argentino no hay ninguna decisión que se tome en ningún ámbito sin que se le consulte a él, porque es un tipo que vive las 24 horas para eso. Es lo único que le importa, de lo único que sabe.
—¿Qué pasó cuando usted llegó a la presidencia de Independiente?
—El club estaba fundido, destruido, y cuando pregunté cómo solucionarlo, todos me dijeron que tenía que ir a ver a Grondona. Lo hice, y él te iba diciendo todo lo que había que hacer. Y eso pasaba con todos: porque cuando yo salía de su oficina, me daba cuenta de que atrás de mí había 10 dirigentes más. El de Grondona es un poder colosal, afianzado por un poder externo que es la FIFA, que le dio un lugar de preponderancia con manejos económicos superlativos: ser el tesorero de la FIFA es manejar una caja de miles y miles y miles de millones de dólares. Con una caja así, en un fútbol empobrecido sos Gardel. La Selección argentina es una selección millonaria, pero los clubes están destruidos. Aunque uno se pregunta cómo puede ser que Arsenal tenga un estadio como el que tiene y Estudiantes y Gimnasia, instituciones centenarias, hace cinco años que tienen problemas en los suyos. Con subsidios de la FIFA, Arsenal tiene iluminación japonesa, césped holandés, más el contrato que firmó hace poco con el Barcelona. Eso demuestra que este tipo condiciona y favorece a quien él desea.
Quién gana
“¿Que si se arreglan partidos? Hay 11 jugadores que quieren ganar, de un lado, y 11 que quieren ganar, del otro. Lo que uno puede hacer, como dirigente, es tomar prevenciones para que no lo perjudiquen ciertos factores externos al juego, que uno cree que te pueden perjudicar. Nada más. Una localía, por ejemplo. Yo sabía que contra Banfield en su cancha ganábamos uno de cada 10, y en la cancha de Vélez, nueve de cada 10. Y ahí está la habilidad del dirigente de sentarse donde hay que sentarse. O ir y decir: este árbitro no me dirige, señor. ¿Por qué? Porque este árbitro no dirige a River hace dos años. ¿Por qué un árbitro no dirige a un equipo y a otro sí? ¿Por qué Madorrán no dirigió dos años a River? ¿Por qué los árbitros de la Triple A (Asociación Argentina de Arbitros), que es el gremio que maneja Grondona, dirigen los últimos tres partidos de los equipos que van primeros?”
—¿Y en su caso?
—Yo sabía con qué arbitros Independiente ganaba y con cuáles no. Fui y le dije a Grondona: “Como con este árbitro yo no gano nunca, no quiero que me dirija, porque sé que esto, antes que yo, se lo pidió determinado dirigente”. Y además le dije: “Julio, no quiero que me dirija Elizondo, porque Independiente tiene una estadística negativa con él”. ¿Saben lo que me contestó?: “Tampoco va a dirigir a Arsenal”. ¡Independiente salió campeón sin que lo dirigiera el mejor árbitro del mundo! No hay arreglo, no hay nada. Pero si Madorrán no dirige a River, Elizondo no dirige a Independiente. ¡Y es mentira eso de que hay mejores y peores árbitros! Los mejores son los peores, porque saben cómo hacer pasar inadvertidas ciertas jugadas. Te dicen: “Héctor Baldassi es el mejor”. ¡Es el peor de todos! Habla con los jugadores, los acaricia, le sonríe a la cámara y distrae a todo el mundo. ¿El mejor a criterio de quién?
—¿Cómo es el tema de las asociaciones de árbitros?
—Por ejemplo, cuando Arsenal logró ascender a Primera fue dirigido en los últimos 10 partidos por 8 árbitros de la misma asociación, la Triple A (una de las dos asociaciones que hay en la Argentina; la otra, el SADRA). Por cuestiones democráticas, por lo general, se trata de que todos dirijan todo. ¿Qué más? Arsenal es el único club que ascendió y no descendió. Todos los demás descendieron. ¡Mirá qué suerte que tiene Arsenal! Así funciona: árbitro que dirige Arsenal y Arsenal gana, ese árbitro al partido siguiente dirige a un equipo grande. Para Grondona no hay nada más importante que Arsenal. Clarín, un día, dividió una página y comparó al Arsenal de Inglaterra con Arsenal de Sarandí. ¡Y el Barcelona, en vez de hacer convenios con River, hace convenios con Arsenal!
—¿Y otros manejos que no incluyan a los árbitros?
—Cuando Boca, en el campeonato que ganó Newell’s en 2004, le puso la primera a Vélez (¡qué curioso, el equipo de Gámez!), le ganó 6-0. A Newell’s, Boca le puso la tercera y perdió 3-1. ¿La AFA no podía decirle a Boca que el partido no se jugaba hasta que esté en condiciones de poner la primera, para que el campeonato fuera más transparente? ¿Por qué no lo hicieron? Newell’s le ganó el campeonato a Vélez por dos puntos. Y miren qué curioso: Boca también le puso la tercera a otro equipo, uno que no ganaba hacía nueve fechas y estaba complicado con el descenso. ¿Quién? Arsenal.
—¿Y todos –jugadores, técnicos y dirigentes– saben esto?
—Absolutamente. Pero todos ganan plata. Ustedes saben lo que es para un dirigente de un club menor ir con su esposa a Europa un mes, con todo pago más viáticos, a ver un Mundial de fútbol... Es la realización personal de esas personas. Y los jugadores están un poco aparte. Son estrellas: juegan a la Playstation, se compran un coche, salen con la modelo de turno...
—¿Grondona tiene intereses en algún jugador?
—Qué dudas tienen de que muchos jugadores de (el representante Gustavo) Mascardi terminan en Arsenal: (Juan Pablo) Caffa, (Cristian) Tula... ¿Quieren que siga? O el convenio que tenía hace años el dueño de (Germán) Denis con Arsenal para hacer la transferencia. O que Mascardi fue uno de los grandes donadores de la tribuna nueva de Arsenal.
Transparencia cero
“Otro caso de poca claridad: la mundanza de Alfio Basile a la Selección. Ya lo dijo Maradona: Grondona le sacó el técnico a Boca con artilugios non sanctos.
—¿Y eso qué significa?
—Hagamos ficción. Imaginen que Grondona le saca el técnico a Boca. Viene uno que le hace perder el tricampeonato. Esto le trae aparejado a Macri un impensado costo político a nivel nacional en su carrera particular. Todo, por un capricho de Grondona. ¡No! Paremos el partido con Gimnasia, juguemos en el momento tal, pongamos el mismo árbitro... El que está adentro del fútbol no tiene dudas... Pero no es un delito, aunque estemos hablando de un reinado.
—¿Qué pasa con los campeones del fútbol argentino?
—Siempre Boca. Salvo Racing por una cuestión gubernamental de (Carlos) Ruckauf, salvo Independiente porque no me pudieron torcer el brazo (por lo cual me echaron), salvo Newell’s, porque había un gran favor que Grondona le debía al presidente Eduardo López, y salvo Vélez, para que Gámez no rompa tanto las pelotas. Después Boca. ¿Quién querés que salga campeón? ¿Una sociedad anónima (por Blanquiceleste)? ¿Independiente? Una vez cada ocho años, para que a Grondona no le rompan las pelotas sus vecinos.
—¿Y todo esto se logra condicionando a los árbitros nada más?
—Boca-Gimnasia, papá. ¿Querés que veamos 50 veces el partido? ¿Desde la primera vez, desde un presidente que amenaza de muerte a un árbitro, con un partido que se sigue con el mismo árbitro y en la fecha justa, antes de que se juegue el partido entre Estudiantes y River? ¿Creen que Grondona no lo sabe? ¿Saben cómo se arma el fixture del campeonato? Lo hacen con una computadora en Torneos y Competencias. ¿Saben quién cambia y modifica todo hasta que sale el definitivo? Grondona. Y siempre está el detalle de que Arsenal tiene 10 días más de pretemporada porque siempre lo hacen jugar con los equipos recién ascendidos que empiezan más tarde. Los equipos que ascienden juegan más tarde porque terminaron el repechaje; bueno, siempre le tocan a Arsenal. Tiene esas ventajitas, que son legales, pero que te van condicionando.
—¿El código de los dirigentes es: “A todos nos pasa pero de esto no se habla”?
—Absolutamente. Y si no, los echan. Además, los tipos están agarrados al fútbol de una manera increíble. Casi todos son dirigentes que hace 20 años que están en los clubes, como Grondona en la AFA.
—¿Y qué hace el Tribunal de Disciplina?
—¿Qué? No existe. “Julio, ¿qué hacemos?”, le dicen. ¿Qué Tribunal de Disciplina? Si cuando yo mandé al tipo que quería mandar para que representara a Independiente en el Tribunal, Grondona me dijo: “No, ése no”, porque era un opositor, y al final mandamos a otro. Grondona es el dueño del fútbol.
—¿La única salida sería que el Gobierno interviniera? ¿No hay una salida dentro del fútbol?
—No, no... ¿Saben lo que siente el tipo que se fue a Europa un mes con la Selección, cómo llegó a su club y a su casa? Es Gardel el presidente de, por decir algo, Deportivo Cambaceres, caminando por Alemania, con la tarjeta de libre acceso, con los jugadores. Llega a Cambaceres y es un rey.
—Por todo lo que cuenta, ¿Grondona es un genio, entonces?
—Sí, un genio. Un genio del mal.
La oscura cocina de la AFA
—¿Cómo fue su primer día en el Comité Ejecutivo de la AFA?
—Primero, cuando entrás a la AFA y los ves a todos te da asco. En mi primer día, me sentaron al lado de Gámez. ¿Sabés cómo empezó la reunión Gámez? Diciéndoles a todos los presidentes que eran una manga de cagones y de alcahuetes de Grondona.
—¿La descripción de Gámez era acertada?
—Claro, si los presidentes cumplen un solo papel: el de la obediencia debida. Y fijate que por un acto significativo de violencia, a Juan José Muñoz (presidente de Gimnasia) no lo sancionaron, porque lo de los meses es mentira: lo único que le prohibieron es ir a seis reuniones del Comité Ejecutivo, porque en diciembre y en enero no hay fútbol y no hay Comité. Y, además, en las reuniones no se define nada, porque Grondona eso lo hace en la semana, y en el Comité se hace el acta nada más. Hay obediencia debida para participar de la familia del fútbol; si no, afuera. El pibe de él (Julito Grondona, presidente de Arsenal) atendía un quiosco en su estación de servicio, vendía chocolatines, y Grondona lo puso como presidente de Arsenal. Y después, presidente de la Comitiva del Mundial de Alemania.
—¿Cómo es una reunión del Comité?
—A ver: están los representantes de los 20 clubes de Primera, el del ascenso y el del Interior, el secretario de la AFA, un alcahuete de Grondona, se comunica el acta del día, que son los temas a tratar. Se aprueba todo. Salís de ahí, das una vueltita y hay una oficina con puertas corredizas y un sillón. Y empiezan a desfilar los presidentes, cada uno con su problema. Grondona cierra la puerta, te hace pasar y le decís: “Julio, tengo un problema, quiero jugar contra Banfield en la cancha de Vélez”. Grondona manda a llamar al presidente de Banfield. “El te va a dar toda la recaudación para cambiar de cancha”, le dice Grondona. “¿Todos contentos? Chau”.
—¿O sea que todo se resuelve en esa oficina?
—Pablo Guiñazú se había escapado de (Eduardo) López en Newell´s. Guiñazú dio la vuelta al mundo, pasó por Italia y por México, y recayó en Independiente. Grondona me llama, cierra la puerta y me dice: “Guiñazú tiene que volver a jugar en Newell´s”. Le dije que no, que en Independiente era un ídolo, acababa de salir campeón y había sido llamado a la Selección de Bielsa. “Tiene que volver a Newell´s, porque López me lo pidió y le tengo que hacer el favor.” López lo estaba salvando en un juicio en Rosario. “Se lo tenés que dar.” Le repetí que Guiñazú era un ídolo en Independiente. “Bueno, elegí un jugador de Newell´s y los cambiamos”, me contestó. ¿Cómo le decía que no? A ver si después me dirigía el que yo no quería que me dirigiera. Y así llegó Damián Manso a Independiente.
Quién es
*Andrés Ducatenzeiler tiene 44 años y fue presidente de Independiente desde noviembre de 2002 hasta mayo de 2004. En ese tiempo, integró el Comité Ejecutivo de la AFA con el cargo de secretario de Hacienda.
*Fue campeón con Independiente en el Torneo Apertura 2002 de la AFA. Tras este logro, el club transitó una dura crisis político-futbolística y Ducatenzeiler denunció que Grondona y la AFA digitaban a los árbitros.
* En 2004, el Comité Ejecutivo de la AFA lo suspendió por dos años a raíz de supuestas manifestaciones indebidas contra Grondona y otras autoridades.
*Ducatenzeiler presentó un amparo y la Justicia falló a su favor. Se determinó que sus declaraciones fueron mal interpretadas, y que su suspensión no se ajustaba a derecho porque no la había tomado el Tribunal de Disciplina.
*Representado por la abogada Ana Rosenfeld, el ex presidente de Independiente tiene un juicio millonario por daños y perjuicios contra la AFA y Grondona. Es el único dirigente del fútbol argentino que emprendió acciones legales contra el titular de la AFA.
*Ducatenzeiler asegura que no quiere volver al fútbol y que le gustaría escribir un libro contando todo lo que sabe sobre cómo se maneja el fútbol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te digo, este muñeco mete miedo... pero a él le van a mete caño...