viernes, marzo 30, 2007

Arteche y la reput...

Versión de un chiste que me mandó Néstor

Se muere Carlos 1º Gran Patilla de América y Dios y el Diablo no quieren saber nada con que se les venga el avispado. Y claro; se arma la gorda. En vista de que ninguno cede y no hay acuerdo, recurren a mediadores, cagatintas (que hay hasta así en el Cielo como en la Tierra) que deciden (por esas sospechosas unanimidades características de los trajes engominados) lo siguiente:


/*/ Al Sr. Saúl le corresponde pasar un mes en el Cielo y un mes en el Infierno. Bueh... no está tan mal de última. Apruébese. Comuníquese. Archívese.


El 1° mes de Menem en el Cielo Dios no sabe qué hacer y se pone histérica. El riojano le da vuelta todo...
Privatiza los elementos de la oración y la liturgia.
Disuelve el sistema de asesoría personal de los ángeles.
Subasta las nubes.
Regala de a kilómetros cuadrados el Cielo al Diablo.
Nombra arcángeles provisorios.
Interviene las comunicaciones a los Santos.
Cambia de chapas las puertas de San Pedro.
Envía un proyecto de ley a los apóstoles para reformar los Diez Mandamientos y darle amnistía a Lucifer.
Y Judas se compra chalets por todo el Cielo a precio de monoambiente.


Dios no ve la hora que se cumpla el día 30 para que se raje al Infierno.
Menem va al infierno y Dios respira aliviado. Al acercarse el día 20, comienza a sufrir nuevamente pensando que en 10 días tiene que volver a verlo. Sin embargo llega el primer día del mes siguiente y nada. El 5° día y nada, no aparece.
Al principio Dios estaba feliz pero después empezó a sentir una cosita acá, en el pechito, como que le subía y le bajaba y empezó a hacer terapia. Cuando su Psicólogo le aumentó la cuota, abandonó. Se le dio por pensar que si se quedaba más tiempo en el Infierno, serían más días en el Cielo, de compensación obligatoria así que se volvió angustioso crónico.
Y volvió a la Terapia.
Dios estaba angustiado y nadie podía remediarlo.
Por Dior... Por Dior se la pasaba diciendo en los rincones, entre las nubes y las ninfas (que están más buenas que chupete de dulce de leche) y se dio cuenta que no se le había ocurrido llamar al Cornudo para preguntarle que qué onda con el otro Cornudo.
(Sí, bueno, taaaan piola que digamos no es... pero qué querés... suficiente que ya es Dios).

¡¡Ring...ring...ring...!!!
La voz de un empleado del Infierno contesta:
"Buenas noches. Usted se ha comunicado con Infierno Veinticuatro horas Contesta. En estos momentos todos nuestros operadores se encuentran ocupados. Tiempo estimado de espera, 25 minutos... y medio".
Y empezó a sonar un tema de Natalia Oreiro. Por supuesto, decidió colgar y llamar en otro momento.

¡¡Ring...ring...ring...!!!
(de otro momento)

-Buenas noches, Infierno Veinticuatro horas Contesta, mi nombre es Sandra Ballesteros ¿en qué puedo servirle?
-Qué tal, Sandra. Necesito hablar con el Sr. Demonio. ¿Podría pasarme con El?
-¿Quién digo que habla?
-Dios, querida.
-Un momento, por favor.
-Sí, claro: Gracias.

... empezó a sonar Tu veneno
versión midi
y un rato después...

-Señor...eh... ¿cómo me dijo que se llamaba?
-Dios, querida, Dios.
-Señor Dios: disculpe pero el Sr. Demonio se encuentra incomunicado. ¿Desea hablar con algún Gerente?
-Por Dior, querida, ¡decíle que habla Dios! ¡Que es Urgente, por favor, querés!
-No me grités que estoy haciendo mi trabajo, pancho. Te dije que no está. Si no está, no está. Te hagás el Otro, eh, lauchón.
-Pasáme con tu superior inmediato.
-Un momento, por favor.

Así lo tuvieron una hora y media hasta que por un milagro que decidió hacer, la llamada sonó en El escritorio que debía sonar:
-Holaaaaaa
-¿Carlos?
-Yiojanas targdes, querido.
-¿Qué hacés en ese escritorio?
-Pero... por Vos, querido. ¿También ustedes me quieren hundir? Primero el Juicio Político y ahora esto. ¡¡Sandra... Sandra...!! Te dije que estoy incomunicado, querida... ¿¡Qué me pasaste!?
-Perdón, señor, pero hizo uso de un milagro. Hice como usted me dijo.
-Así que estás en piola, Dios.
-Mirá, Carlos, yo quería hablar con el Gran Cornudo del Infierno.
-Y ese soy io ahora, querido: ¡51 - 49 fue el ballotage!
-Pero... entonces ¿ahora arreglo todo con vos?
-Ah, no, no, querido. Agayás a Erman; él te puede atender. Io tengo un picadito en Wembley... vamos a desalojar todo porque me dijeron que ese pastito está bien cuidado.
-Bueno pero...
-¡Sandra, Sandra! Vení, por favor, querés. Atendélo a este, pasámelo con Erman que lo anda necesitando. ¡Chau, querido! Avisáme algún bautismo que llevo al Nene; anda necesitando prensa.

Dios colgó atónito aunque, apenas se acomodó un poco las ideas, no sintió más esa cosita en el pechito que le subía y le bajaba.

Un rato después el Cielo tronó y lo único que se entendió antes de una veintena de insultos fue: ¡Uy, Dior, estoy listo!

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