Soy heterosexual. Me gustan, y mucho, las mujeres. Soy un heterosexual sano, además. Sano para mí significa que de a ratos me gustan algunos hombres... o algún hombre. Es como una mezcla de admiración, envidia y ganas de garchar... aunque ahora que lo pienso, nunca fui muy detallista para esto último.
Hoy estaba pensando en el Purgatorio y la cantidad de personas que vienen a preguntarme por libros que no existen. Muchos ya lo saben y para mí era una prueba más de lo perdido que está una persona que busca libros que no reeditan. Pero hoy, mis compañeros mencionaron que hay uno en particular, que siempre viene a preguntar lo mismo, y tienen razón.
Un tipo grande. Elegante. De anteojos dorados y con el pelo corto, canoso. Muy pero muy fino. Demasiado para mi gusto, es cierto, pero sutilmente encantador. En seguida se me ocurrió mirarlo de arriba abajo para copiarlo: no sé por qué fue lo primero que pensé... "yo quiero ser así".
Después se me pasó. No me da el pinet.
Y registré que hace rato no me pasaba.
Y registré que hace rato no me pasaba.
¿Será que me estoy volviendo más gay de lo que pienso que soy?
¿Será que Ser Elegante se dio cuenta?
¿Será que Ser Elegante se dio cuenta?
¿Será que la soledad desespera?
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