viernes, junio 02, 2006

Abriendo el juego

Estimado Funes,

aunque tardía esta respuesta creo que vale.
Como integrante del Grupo Alejandría, y sin ánimos de representar a nadie más que a mí mismo, acerca de la crítica/sugerencia que posteaste y de lo que charlamos personalmente, me parece válido hacer algunas aclaraciones:

Nosotros, los integrantes del grupo, sí hacemos uso del espacio que supimos conseguir. Por ejemplo, ayer (nota del blogger: se refiere al miércoles 31 de mayo): presenté el segundo número de mi revista y se acercó a la presentación mucha gente que viene a Alejandría. De hecho, a vos, a Ricardo, a Levín, a todos los conocemos por el Grupo. Eso ya es un logro (el conocerlos) y podría decir que si fuera un poquitito más conformista, ya estaría hecho con lo que me dio Alejandría. Sin embargo, también nos propusimos darle un espacio a la lectura de cuentos, a abrirle el micrófono a todo aquel que quiera participar, a dar total libertad a quienes vienen para que promocionen sus libros, revistas, encuentros, talleres y todo lo que se les ocurra. Lo decimos siempre. Si quien es invitado no lo aprovecha, bueno, no es nuestra culpa. Recuerdo que hasta se llegaron a promocionar eventos similares a los nuestros. Vos lo sabés porque lo hablamos, me da mucha pena que las reuniones que va a hacer Carne Argentina mensualmente choquen muchas veces con las reuniones del Grupo, dado que me encantaría poder invitar a las chicas para que ellas mimas difundan lo suyo en Alejandría. (Bueno, en este mismo momento estoy publicitando indirectamente a Carne Argentina) A lo que voy: me parece un poco injusta y/o liviana esa parte de la crítica que nos hacés. ¿Qué más tenemos que hacer para la gente que escribe pero no tiene una gran difusión o trascendencia mediática? Me dirás: “Mirá, al invitado especial, ese que lee último y que luego es entrevistado, ese tiene más espacio que el resto.” Bueno, la verdad, en cierta manera no estamos valorando en calidad, sino en trayectoria al entrevistar al invitado especial. NO estoy diciendo que no tenga calidad, que quede claro. Digo que a lo largo del año pasado y en lo que va de este, hubieron invitados especiales para todos los gustos creo yo, y hay quien puede gustar más de algunos o menos de otros. Lo que tienen en común es eso: Están en esto hace más tiempo que el resto de los invitados, la pelearon y publicaron, y su nombre puede sonar más familiar al oído de alguien que lee un volante del Grupo Alejandría o que le llega un mail.

Y, me parece, también tenemos que pensar en atraer al público con algo más que la simpe lectura de cuentos. A más de uno puede interesarle saber cómo piensa o desde dónde escribe tal o cual escritor, o cómo hizo para publicar por primera vez o lo que sea. . Todo bien con aprender de los grandes maestros, pero podrían usar ese espacio para nuevas letras, nuevas voces, pibes e-mail, pibes msn, pibes google o Wikipedia.” Decís en un momento. Bueno, no lo tomés como que los “grandes maestros” (o sea, el escritor invitado) están ahí para enseñarnos. Digamos que podemos disentir, discutir, conocer, acercarnos... no sé, nunca dijimos: “muchachos, aprendan de tal o cual” Y en cuanto a darle lugar al pensamiento de alguien que no es tan reconocido... creo que lo hacemos, de a poco lo hacemos. Hay una realidad, y puede sonar feo, pero es así: Si proponemos a la gente que no te conoce, por ejemplo, que se quede hasta las 12 de la noche escuchándote en una entrevista, creo que más de la mitad se para y se va. No por que no tengas nada interesante que decir, si no porque a veces la gente no es como uno quisiera. (Ojo, que eso no es valorativo para con vos). En cambio, si se quedan porque leyeron alguna vez una nota en el diario de tal o cual escritor, o porque lo vieron en la tapa de Ñ, o por lo que sea, ganamos todos. Porque esa gente vuelve, y al volver oye y conoce a otros cuatro escritores no éditos y poco difundidos, para luego presenciar la lectura de uno que sí lo es. Reconozco que puede sonar flojo, y que la verdad son pocos los escritores reconocidos que arrastran un público importante, pero si bien la gente puede no ir por ellos, creo que muchas veces se queda por ellos. Y tengamos en cuenta que estamos hablando de un martes a las 12 de la noche, más de uno va con mucho sueño al otro día a dormir por quedarse en Alejandría, y eso nos llena de orgullo.

¿Me fui por las ramas? Seguro me decís: Pero yo conozco a chicos que se quedarían si me entrevistás. Yo te digo: Sí, seguro, yo soy uno de ellos, pero yo te conozco. Esa gente que se quedaría, es la misma que te cruzás en muchos eventos similares, es la misma con la que podés ir a tomar una cerveza al final de la noche... en definitiva, es gente del palo, que siempre está y que, de un modo u otro, va a saber como pensás. La idea es captar, atraer a la gente que NO está en el palo, lograr que en la próxima presentación del libro o revista de alguno de nosotros vayan al menos dos personas que en su momento se quedaron por oír la entrevista a ese escritor archifamoso. Sumar, sumar. Invitarnos a nosotros mismos a hablar de nosotros mismos sería cerrarse, sería mirarnos el ombligo. Nosotros estamos, hará falta que nos juntemos más o no, pero estamos. Hagamos algo por el otro “público” que anda por ahí. Admito que es hermoso ver esas caras conocidas en cada Noche de Cuentos de Alejandría, fue hermoso verlos a ustedes ayer en la presentación de mi revista (y sí, me da pudor poner el nombre de la revista, suena a autobombo), en lo personal me llena de gratitud, en serio, y lo re valoro, que dediquen horas de sus vidas a venir a la presentación, aunque en su fuero más íntimo, o no tanto, piensen que la revista es una bosta o que yo soy un boludazo (ojo Funes...) Todo eso me encanta, pero también me mata acercarme a una mesa de dos o tres personas y ver que hay caras que no ví nunca en mi vida, gente que se acercó por un volante, por una publicidad, por una recomendación. Eso es ganarle terreno al río. Y creo que nadie debe sentirse ofendido ni menospreciado por que querramos que suceda así. Sin vos, sin Molina, sin Levín, sin Ricardo (Por nombrar a algunos que pueden sonar familiares en tu blog), sin esa gente que viene siempre, Alejandría no sería lo mismo. Pero también pensemos en el otro, el que no “milita” en la literatura y no tiene idea de qué es Oliverio, El Interpretador, Papel, Carne Argentina o lo que sea. Si podemos hacer algo para que la tengan, estamos bien. Creo que de parte de Oliverio, El Interpretador, Carne Argentina (Por citar algunos) sucede lo mismo si nos pueden dar una mano al Grupo Alejandría.

Sí estás en lo cierto cuando me decís que ni siquiera en los mails que enviamos ponemos los nombres de la gente “no tan conocida” que va a leer. Lo vamos a cambiar en este próximo envío, lo hablamos: el tema es que no siempre están todos confirmados cuando enviamos el mail y en su momento preferimos no poner a nadie a poner dos de cuatro lectores. Pero bueno, decidimos que el que no confirmó a tiempo, se jode: en los mails van a empezar a ir todos los que sepamos con certeza que van a leer.

Por último, cuando reclamás que los integrantes del Grupo leamos más y nos mostremos más, debo admitir que en lo personal soy uno de los que prefiere no abusar del espacio que creamos. Cuando se lee algo que me gusta, siento, en cierta manera, lo mismo o más que si hubiera leído yo. (¿Suena muy Bucay esto? Jaja) Igual, cada tanto nos mostramos.

Espero haber respondido a algunos de tus reclamos, espero no haber aburrido, y gracias por darme el espacio.

El martes 6 de Junio el invitado especial es Oliverio Coelho, te espero y los espero a todos en Bartolomé Mitre 1525 a las 20:30 horas.

Sin más, Juan José Burzi

2 comentarios:

Anónimo dijo...

che pero a ese flaquito lo ponen de invitado especial! me revuelvo en mi tumba!

Unknown dijo...

No sea tan malo, Saer. Que usté ya no está pa opinar de estas cosas... revuelvase nomás, que el tan mentado flaquito ya tiene suficiente con los contemporáneos pa que se le agregue un fiambre...